En el fondo la pregunta es qué es lo importante.. Muchas veces, nos quedamos en discusiones que tengo que hacer o no hacer. Y tenemos que aprender la respuesta de Jesús, una respuesta sencilla y clara: Amar. Pero un amor que parte del amor de Dios que experimento en mi vida.
Porque así el amor se vive como un don. Un amor que lo va configurando todo. Tu corazón, tu alma y tu mente. Y ese amor se manifiesta después en el hermano que tengo a mi lado. Nos lo ha mostrado Jesús, que el amor de Dios se realiza en el amor al prójimo. Ambos van juntos.
Es un amor nuevo porque ha sido renovado por Jesús y por su Espíritu. Es un amor redimido, liberado del egoísmo. Un amor que da la alegría a nuestro corazón. Y así llenando la vida de gestos auténticos de amor de Dios: Gestos pequeños, de todos los días, gestos de cercanía a los demás, … En estos gestos se manifiesta el amor que Cristo nos ha enseñado. Es el amor que se hace presente aquí en el altar, es el amor que se hace presente en nuestra vida y que tenemos que hacer presente a nuestro alrededor, en lo pequeño.