Último domingo de adviento, seguimos enraizándonos en la esperanza, y hoy la palabra es: encuentra. Contemplamos el encuentro de dos madres, la alegría que brota de dicho encuentro, que importante es aprender a dejarnos encontrar por Dios y a salir al encuentro gratuito de los demás.
Lo que vamos a celebrar pasado mañana, es el encuentro de Dios con la humanidad, un Dios que sale a encontrarse con nosotros en un pesebre. Es el encuentro del amor, del perdón, de la esperanza, de la alegría. Es lo que provoca la llegada de María a casa de su prima Isabel, porque hay un salir de uno mismo, un alzar la mirada, un decir hágase, para ponerse en camino a encontrarse con los otros, eso provoca alegría tanto en el que sale como en quien recibe.
Dejémonos encontrar por Él, miremos estos días el pesebre que espera, para que así sepamos encontrarnos los unos a los otros al modo de Dios.