«Jesús comenzó a predicar» III Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

Hoy es el domingo de la Palabra de Dios. Cristo, que es la Palabra de Dios, vino a hablarnos con sus palabras y con su vida. Hoy podíamos reflexionar: ¿cómo, dónde y a quién se anuncia la Palabra?

¿Cómo?; «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Es un mensaje de alegría: Dios vino a visitarnos en persona, haciéndose hombre. Él desea estar con nosotros, darnos la belleza de vivir, la paz del corazón, la alegría de ser perdonados y de sentirnos amados. Así debe ser también nuestra vida una proclamación de este modo.

¿Dónde?; a lo más profundo de nuestro corazón. La Palabra que salva viene en nuestras complejidades, en nuestra oscuridad. No tengamos miedo y que esta palabra cada día resuene en lo más profundo de nuestra vida.

¿A quién?; no hace distinciones, va dirigida a todos, pero especialmente a aquellos que tienen el corazón abierto, que cuando lo escuchan se sienten atraídos por su amor, que le siguen inmediatamente.

En este domingo, que es el día de la Palabra de Dios, es un momento que el Señor nos regala para preguntarnos cuáles son las palabras que resuenan en mi corazón y proclaman mis labios y mi vida. Para pedirle al Señor que sea esta palabra la que cada día nos llene para que nuestra vida sea una continua proclamación del amor de Dios en lo concreto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.