«El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros» (II Domingo después de Navidad)

Jesucristo es la Palabra de Dios que se hizo hombre y puso su «tienda», su morada entre los hombres. Nos muestra que Dios quiso unirse a cada uno de nosotros, para comunicarnos su vida y su alegría.Así Dios es Dios con nosotros, Dios que nos ama, Dios que camina con nosotros. Éste es el mensaje de Navidad: el Verbo se hizo carne.

De este modo la Navidad nos revela el amor inmenso de Dios por la humanidad. Con el nacimiento de Jesús nació una promesa nueva, nació un mundo nuevo, pero también un mundo que puede ser siempre renovado. Y esta es la verdadera razón de la esperanza de la humanidad: la historia tiene un sentido, porque en ella «habita» la Sabiduría de Dios. No estamos solos ni “dejados de la mano de Dios”, quien se complicó tanto por nosotros no nos deja solos. Su Palabra, que es Cristo, hoy sigue resonando, lo importante es que resuene en nuestra vida y así seamos eco de ella.

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