Por el bautismo somos «Ungidos por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, para pasar haciendo el bien, porque Dios estaba con nosotros». Hoy recordamos que somos ungidos por Dios para hacer el bien.
Ungidos, es agraciados. Porque la unción es símbolo de gozo y alegría. Es un don, un regalo, que seamos ungidos en la misericordia, en el amor. Ungidos en la esperanza. Ungidos en la bondad de Dios. Y ungidos para una misión.
Pasar haciendo el bien. ¿Cómo?:
- En un abrazo a todos. Sin distinción.
- Cuando nos entregamos, nos damos por entero, incluso en las dificultades.
- En la oración, aprendiendo a respirar el perfume del olor de Dios.
- Cuando somos capaces de descubrirnos que todos estamos ungidos y trabajamos codo con codo por hacer el bien de Dios.
Hemos recibido por el Bautismo la unción que nos hace Hijos amados de Dios, pero no para guardarla como un tesoro en una caja fuerte, sino para que nuestra vida se convierta en un hoy del amor de Dios. Que el Señor nos conceda el don de vivir como ungidos suyos en medio del mundo.