Contemplar el Bautismo de Jesucristo, es una oportunidad para mirar el regalo de Dios que se nos hace en nuestro bautismo, desde tres actitudes:
1/ Jesucristo se pone en la fila para ser bautizado. El Bautismo es recordarnos en que fila nos ponemos, en la de ser servidos, o en la de servidores. Nuestra fila es la de la Buena Noticia, la de la esperanza, la de la alegría.
2/ Y saber que esa es nuestra fila nos llena de agradecimiento, porque la segunda actitud es dar gracias a Dios por tan inmenso regalo. Porque en nuestro se escuchó también: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.» Somos elegidos por Dios para vivir su amor y regalar su amor.
3/ Y así descubrimos que estamos en la mejor fila, con un corazón agradecido por el regalo de Dios, lo que nos lleva a la confianza, a la fe. Hemos sido insertado en la muerte y resurrección del Señor. ¡Qué gran don y qué gran responsabilidad! No nos cansemos de vivir lo que estamos llamados: «hacer presente el Reino de Dios».