Este es el lema de este tiempo de Adviento. Vamos a vivir este tiempo de Adviento como un momento de decir “sí” al Señor. Y así descubrir en Navidad el sí de Dios a cada uno de nosotros. El primer Sí es a vencer los miedos, los muros que nos separan, las barreras que tenemos.
El Señor nos enseña el camino del “sí”. Un sí que nos invita a levantarnos a alzar la cabeza, a vivir este tiempo con actitud de oración. Se trata de levantarse y orar, de dirigir nuestros pensamientos y nuestro corazón a Jesús, que está a punto de llegar. Y así estar atentos y rezar. Es un tiempo propicio para abrir el corazón, para hacerse preguntas concretas sobre cómo y por quién gastamos nuestra vida.
Y eso nos lleva a estar despiertos. Frente a una vida resignada, acostumbrada a mirarse solamente a sí mismo. Que se cansa, adormece, anestesia. Estar despierto es descubrir donde somos llamados a decir que Sí en el amor de Dios, en la alegría, en la esperanza. Estar despierto para derribar ese muro, esa pared y decir que Sí a Dios. Hoy es el primer domingo de Adviento, que el Señor nos conceda recorrer todo este camino, diciendo que Sí a su vida, diciendo que Sí a su proyecto. Diciendo que Sí al pesebre que tenemos que ser cada uno de nosotros.