«La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros» ; Viene a quedarse, no es una palabra que pasa y ya está. Y viene a quedarse, para enseñarnos y mostrarnos cuál es la palabra de Dios. Porque cuando acampan otras palabras en nuestra vida, las del egoísmo, las de la crítica, el rencor,…; nos provoca mal estar y tristeza. Pero cuando esta Palabra que es Cristo, esta palabra llena de amor, de ternura, de misericordia, de fe, de esperanza, de alegría acampa en nosotros. Nuestra vida se llena de Dios y lo comunicamos a nuestro alrededor.
Lo que le pedimos en este domingo al Señor, es que nos de la sabiduría para descubrir que solamente Tú palabra es la que me da la paz, la esperanza, la Vida. Y así hagamos de nuestra vida un eco de la palabra de Dios
La Palabra que llega a nosotros es ese niño humilde, desvalido y pobre que no tiene donde cobijarse, ese niño que llama a la puerta de nuestro corazón. Un corazón que ha de hacerse a su estilo, pobre, humilde y desvalido para que la Palabra entre y haga morada en él.