Hoy celebramos el día de la Sagrada Familia, que coincide con la celebración de acción de gracias por el comienzo del Jubileo. La familia, es fuente de esperanza. Es la primera escuela que tenemos. Porque todos venimos de una familia, es nuestra historia. El Evangelio nos recuerda que Jesús es también hijo de una historia familiar. En esa escuela es donde se aprende a orar, se aprende a amar, a relacionarse. Así, la familia se convierte en esa fuente de esperanza, de amor, de fe, de vida de Dios cuando todos somos capaces de poner a Dios en el centro y de aportar nuestros talentos.
Y en el Evangelio vemos que incluso en la Sagrada Familia no todo va bien: hay problemas inesperados, angustia, sufrimiento. Eso no se puede evitar, lo que si podemos aprender hoy de ellos es cómo vivirlo. Intentar poner el modo de Dios, que es lo que hacen María y José, no se reprochan, sino ante una angustia responden uniéndose más y sabiendo que cuando son uno con Dios, son más fuertes y no hay angustia, dificultad que no puedan superar.
Que este día sea una oportunidad preciosa, para que cada uno nos planteemos, cómo hacemos familia. Cómo me sitúo en esta escuela de fe, amor y esperanza.