«Enraizados en la esperanza» I Domingo de Adviento (Ciclo c, 2024)

Vamos a ir aprendiendo a enraizar nuestra vida en el Señor. A echar raíces en Él, para que la esperanza nazca cada día en nuestra vida. Porque la esperanza es la palabra que nos va a acompañar este año, es una necesidad vital en el ser humano. Es como el oxígeno o el pan de cada día. ¡Vivir es esperar!

Y para empezar a enraizarnos en la esperanza, lo primero es levantarse, alzarse. Para poner la mirada en Él, para descubrir todo lo que tenemos ante nosotros. Para no dejarnos vencer por los cansancios, apatías o desesperanzas.

Comenzamos el Adviento, pueden estos días pasar, deslumbrados por las luces que apagan el corazón o nos anestesian. O puede ser un momento precioso, para enraizarnos en el Señor. Para abrirle nuestro corazón. Que esta primera semana nos de el Señor, el don de despertarnos para ver donde tenemos que alzarnos, porque vivimos cansados o agotados sin esperanza.

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