Hoy en este último domingo de Adviento se nos invita a mirar a nuestra Madre. Fijemos la mirada sobre esta sencilla muchacha de Nazaret y veamos dos actitudes que nos ayudan a preparar el Nacimiento del Señor:
- Ante todo, su fe, que consiste en escuchar la Palabra de Dios para abandonarse a esta Palabra con plena disponibilidad de mente y de corazón. En su “sí” lleno de fe, María no sabe por cuáles caminos deberá aventurarse, cuáles dolores deberá padecer, cuáles riesgos afrontar. Pero es consciente que es el Señor quien pide y ella se fía totalmente de Él, se abandona a su amor. Ésta es la fe de María.
- María nos enseña a comprender el momento en que Jesús pasa por nuestra vida y pide una respuesta rápida y generosa. Cuántas veces Jesús pasa por nuestra vida. Y cuántas veces no nos damos cuenta, porque estamos tan ocupados e inmersos en nuestros pensamientos, en nuestros asuntos. Un santo decía: “Tengo temor de que el Señor pase”. ¿Saben por qué tenía temor? Temor de no darse cuenta y dejarlo pasar. “El Dios que sale a abrazarnos”
Que este último domingo descubramos a Dios que pasa, que viene a nacer y se encuentre con nuestro Sí, sabiendo que es un Dios que lo he dejado todo (gloria: felicidad, ángeles) para que nosotros alcancemos esa felicidad.