La primera idea de este domingo es que para Dios no somos un número, uno más, no somos una estadística, sino que nos conoce por nuestro propio nombre, sabe cuáles son nuestras ilusiones, alegrías o frustraciones.
Este domingo descubrimos que somos esa pieza única de Dios, que Dios se fija en nosotros, que tenemos una tarea, lo importante es descubrir como la llevamos a cabo.
Una tarea donde Jesús camina delante de nosotros, por eso no debemos tener miedo, porque nos va indicando el camino. Y nos lleva a los mejores pastos que se pueden esperar, para alimentar nuestra vida. Escuchemos su voz para que su Palabra traspase nuestro corazón. Y seamos altavoz del amor de Dios para los demás unidos a toda la Iglesia.