Celebramos la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, con la cual concluimos también el año litúrgico. Y el evangelio de Lucas. Esta solemnidad nos recuerda que Cristo es Rey, que ha vencido. Y lo importante es que sea también el rey de nuestro corazón. Y como todo rey, tiene un reinado con sus tesoros, los cuales comparte con nosotros y el buen ladrón descubre:
- Amor misericordioso; Tras la brutal flagelación y condena a muerte, debió llegarle profundamente al corazón de aquel ladrón su mansedumbre.
- La fe; aquella experiencia de amor misericordioso, despierta en él la fe. El corazón no está ya endurecido, se está dejando empapar por el reino de Dios.
- El arrepentimiento; Ese amor misericordioso que se transforma en fe, desemboca en el arrepentimiento. Al mirar a Jesús, solamente le salió: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
- Esperanza; y nace en él la esperanza. Incluso en medio de aquel dolor, sufrimiento.