Jesús dice a sus discípulos: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y venga conmigo». Este es el estilo cristiano porque Jesús ha recorrido antes este camino. Nosotros no podemos pensar la vida cristiana fuera de este camino. Siempre está este camino que Él ha hecho antes: el camino de la humildad, el camino también de la humillación, de negarse a uno mismo y después resurgir de nuevo. Este es el camino. El estilo cristiano, sin cruz no es cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús y va adelante. No sin cruz, no sin Jesús.
Y para ello debemos descubrir que el seguimiento de Jesús conlleva la renuncia, renunciar a todo aquello que nos ata y no nos permite seguirle, renunciar a todo aquello que no permite configurar nuestra vida con la del Señor. Pidamos al Señor que nos conceda la sabiduría de la cruz, para asumirla, sabiendo a que debemos renunciar para cogerla con esperanza y amor