Hoy celebramos la solemnidad del Corpus Christi. Es la fiesta en la que damos gracias a Dios por tanto amor derramado en el altar. Es descubrir que Dios se parte y se reparte por cada uno de nosotros. Para que nosotros nos partamos y nos repartamos también por los demás. Una invitación para que cada uno de nosotros seamos ese altar de Dios en medio del mundo.
En estos momentos es más necesario que nunca que los cristianos descubramos la tarea de ser altar de reconciliación, altar de ternura, altar de esperanza, altar de caridad. Altar de Dios.