Celebramos la fiesta del Bautismo del Señor, que nos recuerda nuestro propio bautismo. Terminamos hoy el tiempo de Navidad, ya mañana comenzaremos el tiempo ordinario. Y esta fiesta muestra como el amor de Dios es derramado en cada uno de nosotros. Y nos encomienda una misión. La vida es una misión.
- Vivir la misión en la fe: Confianza, que nos hace saber que la palabra de Dios, no es una idea, sino que se ha encarnado, se encarna cada día en nuestra vida para lanzarnos a lo imposible.
- Vivir la misión en la esperanza: La esperanza que tiene siempre las manos alzadas a Dios y nos lleva a ser pacientes conscientes de que el futuro no es sólo obra de nuestras manos.
- Vivir la misión en el amor: La caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que nos lleva a la comunión. La caridad es don que da sentido a nuestra vida.
Hoy renovamos nuestro bautismo, damos gracias a Dios por esta misión que se nos ha encomendado, le pedimos que vivamos nuestra vida como una misión porque así lo que hagamos lo haremos siempre en nombre de Dios de una forma gratuita y generosa, no buscando nuestra gloria, sino la de Dios. Siendo Buena Noticia de Dios para los demás.