Nuestra vida tiene que estar anclada, firme, arraigada en el Señor, porque es esa esperanza que nos sostiene en todo momento, en las dificultades, en los problemas, para no perder la esperanza, la ilusión, el deseo de seguir dando la vida. Y en este domingo de las tentaciones, la primera palabra que se nos invita a descubrir es: “entusiasmo”.
Este domingo de las tentaciones, nos recuerda que no debemos perder el entusiasmo ante las dificultades, las tentaciones. Podemos caer en el pensar que no tiene arreglo, que no hay otro camino, que estas son nuestras actitudes, si algo nos muestra el Señor, es que se puede superar.
Lo que necesitamos es que su Palabra sea el centro de nuestra vida. Porque el Señor siempre responde a las tentaciones con la Palabra de Dios. No entra en discusión, ni negociación, simplemente responde con la palabra de Dios. Cuando mi vida está anclada en el Señor, podrán venir todas esas olas o dificultades que no habrá nada ni nadie que no pueda superar y vencer. Sólo un entusiasmo que brota del encuentro con la Palabra de Dios es capaz de superar esas tentaciones.